En pocos días más, el país se enfrentará nuevamente a la urna electoral para decidir cuáles serán los candidatos que representarán el sueño de los chilenos en una segunda vuelta. Muchos hemos visto con cierto pesar como en los debates radiales y televisivos, ningún candidato ha estado a la altura de lo que esperamos de nuestros representantes, dedicándose exclusivamente a resaltar las falencias de sus adversarios sin poner el foco en la ciudadanía. No me sorprendería corroborar que la mayoría de los chilenos se acercará a votar este domingo con disconformidad, resignados a votar por el bien llamado “mal menor”.
No quiero con esto generar una rebeldía con respecto a la importancia de ejercer el voto, sea cual sea la preferencia del lector, es relevante hacerse responsable de su ciudadanía y no solo votar, sino que además hacerlo informado. ¿Cuántos hemos leído a conciencia los programas de gobierno que presentan cada uno de los candidatos a la presidencia? ¿Cuántos conocemos sus propuestas y focos de trabajo más allá de la categorización arbitraria? Habiéndome hecho este mismo cuestionamiento es que decidí hacer el ejercicio de leer cada uno de los programas de gobierno y me gustaría aproximarlos desde la óptica de la sostenibilidad a algunos de los proyectos y focos que algunos candidatos presentan (debo dejar en claro que existen candidatos que no serán nombrados, ya que desde mi criterio, quizás arbitrario, no tienen focos claros en temas de sostenibilidad).
Si hablamos de Sostenibilidad, existen dos grandes ganadores que declaran de manera concreta y enfática su visión sobre el desarrollo sostenible de Chile: Sebastián Piñera y Beatriz Sánchez. Ambos candidatos presentan más de 21 proyectos que tienen un fuerte foco en temáticas claves para un desarrollo sostenible del país. Considerando las grandes diferencias entre ambos candidatos, esto podría ser una paradoja. Por eso mismo me parece interesante ejemplificar con algunos ejemplos de proyectos su aproximación a la sostenibilidad.
Por un lado, Piñera contempla diversos proyectos de trabajo conjunto entre empresa y sociedad civil. Por ejemplo, propone la creación de mecanismos de diálogo y solución temprana de conflictos, potenciar la participación en proyectos energéticos involucrando a los vecinos de forma activa y la exigencia a las empresas de contar con un plan certificado de relación con la comunidad.
Por otro lado, Sánchez tiene una aproximación que pasa por la protección de los recursos naturales y la lucha contra el cambio climático. Propone la des carbonización de la matriz energética, llegando al 100% de ERNC al 2040, la recaudación de eco-impuestos destinados a responsabilizar a los causantes de impactos ambientales negativos y la priorización de inversiones en infraestructura urbana que promueva la movilidad sustentable (caminata y bicicleta).
Ambos candidatos además proponen reestructurar el Servicio de Evaluación Ambiental y generar un etiquetado de productos que permita a sus consumidores conocer la huella de agua y de carbono asociados a estos.
Todos tenemos un gran desafío de escoger a un representante con visión de largo plazo, que entienda que los grandes cambios surgen cuando existe colaboración entre los distintos actores de la sociedad y que sea capaz de dialogar con el que piensa distinto para llegar a soluciones comunes que representen a la ciudadanía y no solo a unos pocos. La Sostenibilidad contiene todos esos desafíos, ya que pretende construir con visión de futuro un país para todos los chilenos donde prime la ética, el diálogo y la colaboración. Quizás sea importante leer los programas para darnos cuenta de quienes comprenden ese desafío y lo encarnan más allá de proyectos.
Stephanie Hagspihl
Analista Gestión Social