Consiste en diseñar la ruta que una organización debe seguir en materia de sostenibilidad, partiendo por la ejecución de un diagnóstico, sistematizando las iniciativas existentes, priorizando focos de gestión y diseñando un cuadro de mando con indicadores.
La estrategia permite clarificar el camino para avanzar en la consolidación de una gestión más sostenible, además del desarrollo de iniciativas concretas que pueden agregar valor y diferenciación al interior de una industria.
De esta forma, la organización dispone de una planificación formal que se alinea con las pretensiones del negocio y moviliza a la organización en su conjunto.