Hoy en día, las empresas tienen un rol fundamental en la construcción y desarrollo de nuestro país y sociedad. En pleno siglo XXI, no es suficiente que el aporte de la actividad empresarial se limite únicamente al ámbito del desarrollo económico de los territorios en donde se emplazan, sino que deben ser un actor relevante para el desarrollo social y medioambiental de dichos territorios. Múltiples actores de los principales gremios empresariales del país han abogado porque las empresas entiendan y hagan suyo dicho rol. Sin embargo, aún hay un largo camino por recorrer y muchas barreras por derribar. En el contexto actual, con mercados altamente competitivos, profundos y especializados, y con una sociedad civil cada vez más empoderada, exigente y participativa, todos los esfuerzos de las empresas deben apuntar, entonces, a maximizar su aporte económico y social. De no ser así, corren serio riesgo de no ser capaces de sostenerse en el tiempo y desaparecer.
Pero al mismo tiempo las empresas tienen un rol empresarial que es irreemplazable; la creación de valor a partir de ciertas ventajas comparativas en el ofrecimiento de bienes y/o servicios que satisfagan necesidades de la sociedad. Y es necesario que las empresas cumplan con dicho rol por los efectos positivos que genera no solo en las sociedades, sino también en las personas. De esta forma, la Sostenibilidad corporativa o económica se convierte en un factor irrenunciable y vital de todas las empresas, y va de la mano con las otras dimensiones de Sostenibilidad comúnmente conocidas (social y medioambiental). Por ello, las organizaciones deben apuntar a ser lo más eficientes y productivas posible en la persecución de los objetivos del negocio, de manera de ser rentables y generar valor compartido.
De esta forma, las empresas sostenibles son aquellos que integran de manera eficiente y concreta la sostenibilidad en el corazón del negocio, generando un impacto real, tangible y duradero en resultados. Son aquellas que logran materializar las oportunidades que se presentan en el contexto en resultados concretos en el negocio. Son aquellas que visualizan los drivers del negocio desde la sostenibilidad. Son aquellas que ponen el foco en las personas al entender que la empresa “sostenible” es una plataforma para el desarrollo. Son aquellas que co-construyen con sus colaboradores. En definitiva, son aquellas que incorporan como elemento fundamental de su existencia el ser un aporte al desarrollo económico y social de su entorno.
Alineados en nuestro propósito de “cambiar las organizaciones para cambiar el mundo” Gestión Social viene acompañando desde hace 12 años a las empresas en el camino de la Sostenibilidad y la responsabilidad social empresarial. A lo largo de estos años hemos ido entendiendo y convenciéndonos de la importancia de que la Sostenibilidad esté integrada al negocio, de manera de poder realmente aportar al desarrollo socio-económico y crear valor para los distintos grupos de interés. La experiencia con múltiples empresas de diversos tamaños y sectores, y en una infinidad de ámbitos de acción, nos ha llevado a dicha convicción. Sin embargo, es hora de traspasar esa convicción y movilizar a las empresas con ella. Y para ello creo en la importancia de transmitir nuestra visión a la mayor cantidad de actores. Mientras mayor la audiencia, mayor la posibilidad de impactar en las empresas y de que ellas puedan maximizar su aporte al desarrollo económico y social de Chile, pero sin dejar de ser empresas.
Rodrigo Mujica
Director de Negocios SostenibleS Gestión Social