3 Junio 2022

Consistencia

El Mercurio

Determinado no es lo mismo que obtuso, perseverante no es lo mismo que porfiado y consistente está lejos de ser igual a terco. Tres elementos que han tendido a perder terreno en un escenario de alta inestabilidad comunicativa que impide que mensajes relevantes se instalen y sean comprendidos cabalmente por las personas, sobre todo, cuando abordan temas complejos.

La sensibilidad de las comunicaciones no es un tema nuevo; puede que su ritmo y frecuencia se hayan acelerado desde la irrupción de las redes sociales, al igual que la proliferación de canales informales de registro, pero convengamos que es proporcional a los tiempos de hoy. Las audiencias tampoco parecen ser tan diferentes de lo que han sido en el pasado, siendo posible categorizarlas según atributos y preferencias. ¿Y los mensajeros?

Probablemente haya mayor dispersión entre quienes han asumido roles públicos y han tenido la oportunidad de poner de manifiesto sus posturas, opiniones o saberes. Sin embargo, es posible observar que ‘los nuevos’ tienen menor cobertura que ‘los antiguos’, quienes, a su vez, tienden a ser mejor evaluados, de acuerdo con los resultados de los últimos sondeos de opinión pública. En un contexto altamente cambiante, en el que pareciera que ocurren cosas determinantes a diario, y en el cual los mensajes no se sostienen en el tiempo, personas de oficio y trayectoria pública suelen volverse confiables, porque podemos identificarlos con una postura determinada. Son los que han sido calificados de obtusos, porfiados y tercos, pero que, en el fondo, no han sido más que determinados, perseverantes y consistentes.

Son los que se han movilizado por sus convicciones y la vocación de llevarlas a la práctica, ganándose un lugar en el debate público, independientemente de sus causas. De alguna u otra manera, es una suerte de reconocimiento al rol que han jugado en un período de tiempo mayor a la coyuntura. La correspondencia entre mensajes y acciones, junto a la capacidad de sostener los argumentos en contextos cambiantes los han dotado de credibilidad. Atributo que hoy también es sinónimo de estabilidad, siendo demandado por una audiencia que necesita contar con puntos de referencia que le permitan sortear la incertidumbre actual. En tiempos de sobresaltos la determinación se vuelve osadía, la perseverancia se transforma en valentía y la consistencia en necesidad.

Columna de Elisa Giesen publicada en El Mercurio