Soledad Mella es la presidenta de la Asociación Nacional de Recicladores de Base. Hace más de 20 años se dedica al reciclaje en Chile. Tanto su compañero como sus 3 hijos son recicladores y trabajan juntos con un pequeño emprendimiento familiar dedicado a esta labor. Solo hace pocos años, ella empezó a participar activamente de la organización nacional, liderada históricamente por el recién fallecido Exequiel Estay Tapia.
“A través del movimiento me di cuenta de la necesidad de organizarse para incidir en las políticas estatales y conseguir ese reconocimiento que, si bien empieza a vislumbrarse en el marco de la Ley REP, aún debe concretarse”, cuenta Mella.
Que se reconozca su actividad como un trabajo que dignifique y que se pague correctamente, sigue siendo el principal desafío de los recicladores de base. “Hasta ahora hemos trabajado gratis prestando a la ciudadanía un servicio esencial; así que la normativa actual, a pesar de que no se pensó para los recicladores de base, instala la importancia de nuestra participación y nos abre opciones de mejora; pero debemos seguir presionando la institucionalidad y las empresas para que se haga de la mejor forma”, agrega.
A través de la Ley REP y el Decreto final que establece las metas de recolección y valorización de envases y embalajes, se han dado pasos concretos para avanzar en una cultura del reciclaje, pero aún quedan caminos por recorrer. El Decreto obliga a los sistemas de gestión de residuos a celebrar convenios con gestores autorizados y registrados, incluyendo los recicladores de base. Además, por lo menos un 50% de las instalaciones de recepción y almacenamiento deberán incorporarlos, pagándoles el mismo precio que el sistema de gestión pague a otros recolectores para residuos en condiciones similares.
La Asociación Nacional, constituida a raíz de los desafíos normativos de la Ley REP, tiene presencia en 10 regiones del país y representa a unas 2.800 personas. Sin embargo, Soledad comenta que en Chile existirían hasta 60.000 recicladores de base. “Aquí tenemos otra deuda histórica, porque hace años estamos pidiendo que se lleve a cabo un censo de recicladores, para entender la magnitud de esta realidad y las condiciones en las cuales viven nuestros compañeros”, detalla.
Fortalecer la organización nacional y las redes territoriales es otro gran desafío, especialmente ahora que la Ley REP obliga a cumplir con formalización y certificación de los recicladores. Una tarea en que, dice Soledad, ya llevan camino avanzado. “Al principio lo veíamos muy complejo, pero hoy ya no es tema. Ya tenemos a casi 900 recicladores certificados, y otros 400 están en proceso. Por otro lado, estamos apostando a diferentes tipos de organización formal: tanto pequeños emprendimientos familiares como cooperativas de recicladores, hasta llegar a nuestra Asociación a nivel nacional. La figura más acorde al movimiento son seguramente las cooperativas, pero necesitamos más apoyo para su creación y la sostenibilidad de su modelo de negocio”, explica.
Los materiales más reciclados son el cartón, los diarios y las revistas, en el rubro de la celulosa; lata y hojalata, en metales; PET en cuanto a plásticos, y botellas de vidrio. “Nos focalizamos principalmente en estos productos, porque el mercado del reciclaje en el país es muy cerrado y estricto. Podríamos reciclar otros materiales también, pero la verdad es que la industria paga muy poco y exige volúmenes considerables. Por esto es tan importante que se reconozca el servicio que brindamos y que éste sea remunerado; pero no dependiendo de la voluntad del privado, sino como política de Estado”, señala Mella.
Soledad cuenta que recientemente algunos recicladores empezaron también a recolectar residuos orgánicos y a trabajarlos en pequeños terrenos arrendados. Este último es un ámbito en el cual la Asociación Nacional también quiere incidir, para aprovechar la recolección domiciliaria y ofrecer un servicio más completo. Sin embargo, alerta, faltan terrenos y capacidades.
En general, faltan recursos, infraestructuras y maquinarias para mejorar la labor de los recicladores en todos los ámbitos. “Tenemos la mano de obra lista, con experiencia y presencia en todo el país. A las empresas de reciclaje se les dificultaría llegar a todas las calles y rincones del país, donde nosotros sí llegamos hace décadas. Además, les saldría más caro. Es por estas razones que se hace necesaria la colaboración estrecha entre Estado, municipios, empresas y recicladores de base”, añade.
La dirigenta menciona que la Asociación tiene muy buenas relaciones con empresas como CCU, CocaCola y Falabella, y con la Sofofa, a través de la cual se desarrollan proyectos y capacitaciones para los recicladores. “Sin embargo, los puntos limpios que manejan las empresas aún son muy pequeños, más educativos que otra cosa. Lo que necesitamos son buenos centros de acopio y maquinarias que faciliten la labor de los recicladores y garanticen un mejor resultado. Las empresas están entendiendo que es cada vez más necesario y que deben aportar económicamente a su implementación”, dice.
Por el lado de los consumidores finales, menciona que la cultura de separación de los residuos aún no está instalada en el país y solo pocas comunas han logrado diferenciarse en este sentido. “Sin embargo, hoy con la plataforma ReciclaEnCasa nos hemos dado cuenta que sí tienen mucha ganas de hacerlo y ya están convencidos, pero no saben cómo implementarlo de manera correcta. Ahí también los recicladores podemos ser de gran ayuda”, señala.
A juicio de Soledad aún no está claro cómo funcionarán los sistemas de gestión previstos por la Ley REP. Lo que sí tiene claro es que los recicladores son los que mueven la industria del reciclaje en Chile. “Recolectamos, vendemos a los intermediarios y éstos a la industria. Sin el primer eslabón, la industria no funciona. Hay muchas empresas que se quieren o se están metiendo en este mercado, pero desconociendo la labor que las y los recicladores desarrollamos hace décadas”, explica.
En este sentido, agrega: “No podemos perder el espacio que ganamos durante muchos años dedicados a poner en valor algo que antes nadie valoraba. Desde hace décadas estamos evitando que toneladas y toneladas de residuos terminen en el mar o contaminando los suelos del país”, manifiesta.
Soledad está convencida que la participación de los recicladores de base será clave para cualquier Sistema de Gestión de Residuos que se implemente en el marco de la Ley REP: “No basta con formalizar los procesos y educar; también se necesita presencia en los territorios y recurso humano disponible para el trabajo de recolección. Es lo que hacemos hace años. Hemos escrito la historia del reciclaje en Chile durante 60 o 70 años y estoy segura de que seguiremos escribiendo los próximos capítulos. Será nuestro legado”.
Por Marco Coscione