25 Octubre 2023

Un reto estratégico y urgente

Redagrícola

El aumento constante de la población mundial es un hecho innegable. Se estima que para el año 2050, la población global alcance los 9,7 mil millones de personas, lo que significa una demanda creciente de alimentos. Chile, como uno de los principales exportadores de productos agrícolas del hemisferio sur, tiene la responsabilidad y la oportunidad de contribuir a satisfacer esta creciente necesidad de alimentos.

La agricultura chilena es, indudablemente, uno de los pilares más importantes de nuestra economía. Sin embargo, en un mundo que busca cada vez más un equilibrio entre la producción de alimentos y la conservación del medio ambiente, las empresas del sector se enfrentan a un desafío crucial: abrazar la sostenibilidad como una oportunidad para el crecimiento a largo plazo, abrazando la demanda alimentaria mundial.

No podemos obviar el hecho de que Chile está siendo impactado por el cambio climático de una manera notable. Esto ha traído consigo una serie de fenómenos extremos, desde sequías prolongadas hasta lluvias torrenciales e inusuales heladas primaverales, que han impactado de manera directa a los agricultores.

Las recientes tormentas que este año se han extendido desde el centro al sur del país, aunque bienvenidas, poco contribuyen a mitigar esta problemática. La cantidad significativa de lluvia en un corto período no permite que el agua se infiltre en los mantos acuíferos, sino que, en cambio, provoque deslizamientos de tierra y erosión del suelo. En cuanto a la temperatura, según el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), en los últimos 50 años hemos experimentado un aumento de aproximadamente 1°C en las temperaturas promedio del país. Por si esto fuera poco, el Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la Universidad de Talca, ha proyectado que el verano 2023/24 será uno de los más calurosos, con máximas promedio superando los 35°C y alcanzando los 40°C en lugares como Santiago, Talca, Chillán y Los Ángeles. Esto, sin duda, impactará negativamente en la disponibilidad de agua para la producción de frutas y hortalizas.

COLABORAR PARA GARANTIZAR LA ESTABILIDAD

Para afrontar estos desafíos, es imperativo que las empresas agrícolas entiendan la sostenibilidad como la capacidad de adaptarse al entorno y asumir desafíos a largo plazo para garantizar la estabilidad financiera, social y ambiental de su propio negocio. Este es el momento de abordar estos retos de manera estratégica y con un sentido de urgencia. El contexto actual exige una relación diferente con los trabajadores, clientes, proveedores, comunidades y autoridades. Debemos alejarnos de lógicas transaccionales y buscar espacios de colaboración que permitan encontrar soluciones a los problemas que enfrenta el agro chileno en la actualidad.

Cuando hablamos de sostenibilidad en la agricultura, nos enfrentamos a una serie de desafíos interconectados. La escasez de agua necesita soluciones tecnológicas que permitan un uso más eficiente del recurso, tanto en el presente como en el futuro. La sostenibilidad ambiental implica la adopción de técnicas que no contaminen suelos y aguas, así como la protección de la biodiversidad en los campos. La medición y reducción de la huella de carbono es esencial para disminuir emisiones contaminantes y enfrentar el cambio climático, y la gestión adecuada de la mano de obra es crucial para mejorar las condiciones laborales y aumentar la productividad.

Sin embargo, no podemos abordar estos problemas de manera aislada. Necesitamos una estrategia integral con indicadores, metas y responsables que atraviesen toda la organización. Debemos lograr que la sostenibilidad permee en la cultura de nuestro negocio y que cada trabajador de la empresa esté comprometido con la visión de un futuro más sostenible para la agricultura chilena.

La sostenibilidad no es solo un desafío, es una oportunidad para liderar el camino hacia una agricultura más resiliente y eficiente. El futuro de la agricultura en Chile depende de nuestra capacidad para adaptarnos y prosperar en este nuevo paradigma sostenible. No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar resultados distintos.

ENRIQUE ROSSELOT, DIRECTOR DIVISIÓN SUR DE GESTIÓN SOCIAL.