Este mes comienza a regir formalmente la nueva Ley de Etiquetado de Alimentos que espera generar conciencia sobre el consumo de azúcar, calorías, grasas saturadas y sodio. En la práctica, la industria alimentaria ya está respondiendo a las exigencias establecidas por la ley, rotulando los productos con discos pare negros, que nos advierten del exceso de estos ingredientes por cada100gr.
La implementación de esta medida responde al aumento progresivo que ha experimentado nuestra tasa de obesidad, particularmente, entre los niños. Actualmente 1 de 4 chilenos es obeso, siendo el 6º país de la OCDE en obesidad infanto juvenil. Los datos son preocupantes y nos obligan a pensar en hábitos de vida más saludables.
De acuerdo con información propiciada por la Universidad San Sebastián el 54% de quienes leen el etiquetado, señalan que influye en su compra; el desafío es que sean muchos más. Sobre todo, porque el proyecto contempla alejar a los menores de alimentos que estimulen su consumo, a través de juguetes, por ejemplo. Así, ni la Cajita Feliz ni Kindersorpresa estarán disponibles.
Esto no sólo ha generado preocupación en quienes producen hamburguesas y golosinas, también ha movilizado al retail ha diseñar estrategias de marketing responsable que delimiten los mensajes, dirigidos a menores. Estas iniciativas han sido impulsadas por el Consumer Goods Forum, instancia de encuentro entre los mayores retailers y productores de alimentos del mundo.
En la medida que la comida responde a un bien de consumo ineludible, también presenta un conjunto de desafíos que apelan a la sostenibilidad de la industria, en pos de nuestra salud.